Recuerdo que el proceso, tanto creativo como de desarrollo de la Slend, fue muy interesante, la idea partió de una sensación. Algo así como el blandiblú que va cayendo por gravedad y va adquiriendo por el camino formas aleatorias. Todo esto luego había que racionalizarlo, así que hicimos numerosas pruebas y prototipos para elegir el material y la tecnología más adecuados, pasamos por el tubo de hierro conificado, cerámica, la madera torneada, chapa metálica repulsada, nylon torneado, y acabamos en aluminio macizo torneado.