Christophe Mathieu

 

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Ondalina

Marset, 2002

Recuerdo que la idea me vino al ver un anuncio en una revista donde aparecía un deportivo, creo que era un Ferrari. El coche no se veía mucho, la imagen hacía hincapié en su silueta, lo calqué, la forma me pareció sugerente así que me puse a trabajar sobre ella. De allí nació la Ondalina, cuatro lamas de acrílico translúcido de formas sinuosas que demuestran que los objetos pueden trascender su mera función y convertirse en elementos que despiertan sensaciones y animan espacios.